La historia de Hachiko y su raza, Akita inu

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Famosa en el mundo entero, la historia del perro Hachiko ha sido representada en películas y tiene numerosas referencias en los medios de comunicación. En Go! Go! Nihon, hoy queremos contaros por qué esta leyenda cautiva a todo el mundo y cómo es la raza Akita Inu, de origen japonés.

Una de las salidas de la estación de Shibuya, en el corazón de Tokio, es la conocida “Hachiko exit”. Hasta altas horas de la madrugada numerosas personas eligen esta salida para ir a visitar la emblemática estatua del perro Hachiko: los japoneses porque la utilizan como punto de encuentro con sus amigos, y los extranjeros para hacerse una foto y contemplar uno de los sitios más turísticos de la ciudad.

La estatua, localizada al lado de la estación desde hace más de 50 años, rememora la historia del perro Hachiko, un perro de raza Akita Inu que destacó por la lealtad hacia su dueño convirtiéndose en leyenda.

La historia de Hachiko

La historia de Hachiko trata de un perro nacido en 1924 en una granja cerca de Odate, una ciudad situada al norte de Japón. Fue regalado al profesor Hidesaburo Ueno, que estaba pasando una etapa difícil debido a la reciente pérdida de su anterior perrita.

Hidesaburo, que trabajaba en el departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio, decidió llamar a nueva mascota “Hachiko” porque notó que las patas delanteras estaban ligeramente desviadas, y le recordaban a la silueta que tiene este kanji 八, que en japonés significa número 8 y que leído se pronuncia “hachi”.

El perro Hachiko acudía cada día a la estación de Shibuya: primero para acompañar al profesor Hidesaburo en su camino al trabajo y al caer la tarde para recibirlo tras su jornada laboral. Esta rutina se repetía diariamente sin excepción, y las personas que transitaban la estación en los mismos horarios empezaron a encariñarse con el perrito.

Un año después de la llegada del perro Hachiko a casa de los Ueno, Hidesaburo sufrió un paro cardíaco mientras daba una de sus clases en la Universidad de Tokio y murió. Hachiko, esa tarde, acudió a la estación como todos los días a esperar al profesor, y al ver que no llegaba, permaneció allí durante toda la noche. Al día siguiente tampoco se movió, esperando que Hidesaburo apareciera, y de esta forma la salida de la estación se convirtió en su nuevo hogar, del que no se movió en los siguientes 9 años.

Los transeúntes, conmovidos por la fidelidad del perro, empezaron a llevarle comida y a cuidarle hasta que una mañana apareció sin vida debido a un cáncer terminal y a una infección en el corazón.

Los periódicos japoneses se hicieron eco de la noticia y pasó a convertirse en Chūken Hachiko (忠犬ハチ公), traducido como ‘el perro fiel Hachiko’. Entre los monumentos que se han levantado para honrarle, están la estatua de bronce situada en la salida 8 de la estación de Shibuya y una estatua del profesor junto al perro ubicada en el cementerio de Aoyama, al lado de la tumba de Hidesaburo.

Como consecuencia de la popularidad de la historia, también se rodaron dos películas para relatar los hechos. La versión japonesa se realizó en 1987, dirigida por Seijiro Koyama; la versión americana se estrenó en 2009 y fue protagonizada por Richard Gere, modificando algunos detalles tales como el lugar donde tuvo lugar la historia o la época en la que sucedió.

La raza japonesa Akita Inu

El perro Hachiko era de una raza originaria de Japón conocida como Akita Inu. El nombre significa “perro de Akita”, ya que “inu” significa perro en japonés y Akita es la prefectura de la que proviene, situada en el noroeste del país. A lo largo de la historia, la raza ha ido cambiando de nombre según el uso para el que fuera: Matagi-inu (cuando se utilizaba como perro de caza), Kurae-inu (cuando sirvió como perro de guerra) y finalmente Odate-inu (cuando fue considerado perro de providencia).

Esta raza se ha utilizado para funciones tan dispares como cazar osos, pelearse con otros perros e incluso como alimento en tiempos de guerra. Aunque en diferentes ocasiones ha estado en riesgo de extinguirse, tras la segunda guerra mundial volvió a respetarse su condición de “monumento nacional” y su raza se preserva sin dificultades.

Las principales características de los Akita Inu, tal como demostró el perro Hachiko, son la lealtad, la protección y el cariño que manifiestan. Es también un perro que no sufre estrés, que raramente ladra sin motivo ni ataca en primer lugar a otros perros. Tiene un gran instinto protector hacia la familia que lo acoge y sus pertenencias.

En Japón antiguamente era símbolo de riqueza y prestigio (porque sólo la nobleza se podía permitir tener un perro de esta raza) y actualmente se considera un talismán de buena suerte. Existe la costumbre entre los japoneses de regalar una estatua minúscula de Hachiko cuando nace un bebé o cuando alguien se enferma, para atraer el buen porvenir.

Espero que hayáis disfrutado aprendiendo cosas sobre el mundo canino nipón, ¡no os perdáis nuestro próximo post sobre costumbres y vida en Japón en el blog de Go! Go! Nihon!

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