Mi nueva vida en Japón

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Cambiar de país siempre supone adquirir nuevos hábitos e incorporar un nuevo idioma a nuestra “mochila de conocimiento”. Sin embargo, mudarse a Japón es ir un paso más allá: equivale también a cambiar nuestro estilo de vida y a redescubrirnos como personas. ¿Tenéis idea de lo que significa empezar una nueva vida en Japón?

Debido a la gran cantidad de diferencias culturales entre España y Japón, los hispanos que decidimos trasladarnos al país nipón vemos modificados nuestros hábitos. Desde la forma de desplazarnos, los tiempos, la comunicación hasta la propia comida: todo cambia. El lado positivo es que vivir tan lejos nos da la oportunidad de empezar de 0, rompiendo con cualquier costumbre que no nos convenciera y obligándonos a adaptarnos a entornos totalmente distintos, enriqueciéndonos como individuos.

Hoy, en Go! Go! Nihon, tengo la oportunidad de contaros a título personal qué he cambiado tras asentarme y comenzar mi nueva vida en Japón.

Mi nueva vida en Japón

La forma de moverme

Cuando vivía en España utilizaba con frecuencia mi coche para viajar y el metro de Madrid para llegar a mi trabajo. Al llegar a Tokio, descarté la posibilidad de tener un coche en propiedad por las pocas plazas de parking que existen y el precio de las mismas.

A cambio, me compré una bicicleta de segunda mano que se ha convertido en mi mayor aliada en mi nueva vida: a no ser que la meteorología sea incompatible, la utilizo para prácticamente todo. Desde usarla para hacer la compra hasta dar un simple paseo con ella, es una forma de hacer deporte y de descubrir la ciudad que ha mejorado mi calidad de vida.

Los hábitos alimentarios 

Bye bye croquetas, churros, cocido madrileño, tortilla o fabada asturiana. España, a pesar de ser un país de dieta mediterránea, se caracteriza por ofrecer todas estas comidas en sus bares y restaurantes. En el ámbito doméstico, sin embargo, se consumen muchas frutas y verduras (a precios asequibles, porque las podemos cultivar y comercializar nosotros).

A diferencia de España, Japón ofrece en la hostelería comida más natural (a excepción de algunos platos como el ramen o el tonkatsu ). Por eso, al mudarme a Tokio, noté digestiones más ligeras al incorporar a mi dieta el edamame como aperitivo -en lugar de los típicos torreznos-, el sushi para cenar -en lugar del embutido con pan- y el té para desayunar -en sustitución del Cola Cao-. La carne a la brasa, el pescado crudo o el okonomiyaki son platos habituales durante mi semana; antes de empezar con mi nueva vida en Japón ninguno de ellos formaba parte de mis hábitos alimentarios.

La forma de comunicarme

La incorporación de Internet en nuestros móviles significó un antes y un después, especialmente gracias a aplicaciones como Google maps, Whatsapp o las redes sociales. Whatsapp había sido hasta mi llegada una herramienta imprescindible a través de la que me comunicaba con todas las personas que me rodeaban. En Japón, sin embargo, no se utiliza. Line es el sustituto que la sociedad japonesa utiliza para ponerse en contacto, permitiendo su uso incluso en contextos laborales.

Los horarios

Una de las costumbres que más impactan a los turistas que visitan España son nuestros horarios. En toda Europa, somos la población que más tarde nos levantamos, comemos y nos acostamos. Esto se explica por 2 motivos: uno es una decisión política llevada a cabo hace más de 50 años -que desde entonces no se ha modificado- y el otro es el intento de ahorro energético.

Más allá de las causas, la realidad es que vivir en España equivale a comer a las 14:00, cenar más tarde de las 21:00 y acostarse más allá de las 12 de la noche. Así que al mudarme a Japón y comenzar una nueva vida aquí, debido a los horarios de los establecimientos y a la hora a la que amanece, tuve que cambiar mis horarios radicalmente. ¡Intentar comer a las 14:00 en Japón puede suponer que ya esté la cocina cerrada! El resultado ha sido que duermo más, hago mejores digestiones y practico más deporte.

El ocio en Japón

Los primeros meses de mi nueva vida japonesa intenté reproducir la forma que tenía de salir y viajar en España. El resultado fue un desastre. Aunque me costó interiorizarlo, en el territorio nipón viven 120 millones de personas, lo que significa que no se puede improvisar. Intentar ir a un restaurante improvisando, siendo un grupo numeroso, es un fracaso asegurado. Intentar viajar aprovechando un día festivo, decidiendo el día anterior a dónde quiero ir, es otro fracaso absoluto.

En España, debido al número de habitantes y a la forma de socializar, es normal improvisar sobre dónde se va a cenar o decidirlo con plazos de tiempo muy cortos. Aunque en las épocas de alta ocupación también se reserven los alojamientos, siempre hay opciones disponibles, es casi imposible que no hayan más plazas. Sin embargo, para disfrutar plenamente de Japón, hay que entender que son millones de personas queriendo utilizar los mismos servicios que tú y por eso es necesario coordinarlo con tiempo anticipado.

Espero que hayáis disfrutado leyendo mi experiencia, ¡no os perdáis nuestro próximo post sobre costumbres y vida en Japón en el blog de Go! Go! Nihon!

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