Fushimi Inari Taisha: el santuario con miles puertas rojas

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En un distrito cercano a Kioto se encuentra uno de los santuarios sintoístas más importantes de Japón: el Fushimi Inari Taisha. Visitado a diario por turistas y por los japoneses que quieren transmitir sus deseos, esta composición de toriis (puertas rojas) y templos no pasa inadvertida ante nadie.

Muchos de los templos y santuarios construidos en Japón tienen una razón detrás, siempre relacionada con el sintoísmo, la religión nativa nipona. Ésta se basa en la veneración de los kami o espíritus de la naturaleza: algunos de ellos son espíritus locales de un lugar concreto (por ejemplo una ciudad o un pueblo), y otros son objetos naturales, como puede ser el sol o determinados animales.

Entre estos dioses en los que creen existe uno en concreto conocido como Inari (稲荷) : no hay certeza de si se trata de una representación femenina, masculina o andrógina, pero sí se puede confirmar que es la deidad de la agricultura y la riqueza, y como consecuencia, de los negocios.

Inari es uno de los dioses más populares de Japón: lo demuestran las más de 100.000 capillas que hay construidas dedicadas a su figura. Sólo 32.000 son habitadas por monjes a tiempo completo. Entre todos esos santuarios ofrecidos, el más importante (de hecho es uno de los símbolos de Japón) es el Fushimi Inari Taisha.

Desde Go! Go! Nihon hoy queremos contaros su historia y qué tener en cuenta a la hora de visitarlo.

El santuario Fushimi Inari

La forma más fácil de acceder para llegar al Fushimi Inari Taisha es desde las estaciones de Kioto o Nara, ya que tienen trenes que transportan fácilmente a la parada más cercana al Fushimi Inari. Permanece abierto durante 24 horas, de modo que se puede visitar también de noche, aunque en ese caso hay algunos espacios concretos que sí estarán cerrados (como el salón principal).

Nada más llegar nos recibe un gran torii conocido como “puerta romon”, construida en 1589. Cuenta la leyenda que fue donada por Toyotomi Hideyoshi para agradecerle a la deidad Inari la mejora en la salud de su madre enferma.

Pasada la puerta hay dos zorros custodiando el salón principal. La elección de estos animales no es al azar, se consideran los mensajeros de Inari, de forma que estarán presentes de forma dispersa por todo el santuario. En algunos casos sostienen en la boca una llave que simboliza “la llave del granero en el que se guarda el arroz”. En japonés esta figura es conocida como Kitsune.

El salón principal, conocido como “Honden”, ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Muy cerca del edificio se encuentra un mapa con el recorrido del santuario y un espacio en el que lavarse manos y boca, siguiendo la tradición japonesa que indica que antes de entrar a santuarios sintoístas debemos purificarnos (más conocida como Temizu 手水).

Una vez visitados los diferentes edificios sagrados que hay cerca de la entrada principal podemos realizar el recorrido que marcan los miles de toriis.

Este camino fue construido a lo largo de los años gracias a los toriis que donaban los comerciantes para pedirle a Inari prosperidad en sus negocios. Es imposible determinar cuántos hay porque cada año nuevas puertas son incluidas en el recorrido, aunque con certeza superan las 10000 puertas.

El trayecto es de 4 km y algunos de sus tramos son subidas o bajadas ya que rodea el monte Fushimi. Sin duda es una ruta que merece la pena realizar porque la innumerable cantidad de puertas rojas con los espacios que permiten que entre luz natural entre ellas crean un ambiente que llega a parecer mágico.

En esos 4 km no sólo hay puertas rojas, como se puede ver en el mapa situado arriba, también hay otros santuarios o espacios naturales con elementos sintoístas que hacen del camino una experiencia única. Como es costumbre en los templos en Japón, también hay puestos que venden comida típica nipona y souvenirs hechos de madera.

Curiosidades

El Fushimi Inari Taisha, además de ser uno de los sitios más turísticos del país, fue utilizado en la famosa película Memorias de una geisha , basada en la novela de Arthur Golden. En la escena, la protagonista corre entre los toriis siguiendo un sendero que parece interminable.

La época en la que el santuario Fushimi Inari está más abarrotado de gente es durante los primeros días del año. El motivo es que en Japón, para los creyentes en el sintoísmo, existe la costumbre (conocida como Hatsumode) de visitar los santuarios para pedir sus deseos desde la misma nochevieja hasta las dos primeras semanas de enero. En pocos días pueden visitar el santuario 2-3 millones de personas, así que quizás elegir otra fecha pueda ser más práctico.

Si os ha parecido interesante, os recomendamos que lo visitéis durante épocas en las que la temperatura no sea muy alta, como en primavera y otoño, y así poder disfrutar en directo de este santuario.

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