Las características de la tv japonesa

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Buscando información en internet para redactar este texto, leí algo en Reddit que no podía definir mejor cual es mi impresión sobre la tv japonesa. Según un usuario de este sitio web, existen tres tipos de programas de televisión japoneses: programas sobre comida, programas sobre famosos, y programas sobre famosos probando comida. Tal cual.

Lógicamente, la programación televisiva nipona es mucho más compleja que todo esto, pero lo cierto es que esta divertida afirmación resulta muy certera. En occidente se tiene la noción de que Japón es un país extravagante, muy loco, pero, aunque en algunos puntos esta sensación esté más que justificada, lo cierto lo que se importa, suele ser lo más llamativo y normalmente está sacado de contexto.

Imagina que a los japoneses las únicas imágenes que les llegaran desde España fueran las pruebas más locas de algún programa como El Hormiguero, o del Grand Prix del verano. Sería una muestra, pero no representaría el conjunto. La imagen que tendrían del país estaría condicionada.

Dicho esto, en aspectos generales, la tv japonesa no es demasiado original. Puede resultar muy llamativa para un espectador de otra cultura, pero cuando pasas un tiempo viéndola a diario, te das cuenta de que casi todo está cortado con el mismo patrón. Los talk shows o programas de variedades, inundan la programación, compartiendo espacio con concursos, anime o series de televisión.

¿Cómo es la tv japonesa?

Japón es un país muy conservador, aquí los cambios se producen lentamente, y la televisión es un reflejo directo de esta forma de ver las cosas. En mi opinión, la tv japonesa tiene cuatro grandes funciones, informar, educar, entretener, y vender, siendo estas dos últimas las más importantes. Mientras que en España – vuelvo al ejemplo que conozco – en la calle se habla de deporte, de fiesta y de política, y esto se traslada perfectamente a la parrilla televisiva, me da la impresión de que al japonés medio no le interesa lo más mínimo la política, ni quiere que le amarguen su descanso con problemas reales.

Por ello, su televisión ofrece una herramienta de evasión, lo más blanca posible – las películas extranjeras se censuran y recortan para que entren en el formato televisivo -, edulcorada y libre de responsabilidades. De hecho, se convierte en una eficaz herramienta de integración social, pero eso lo veremos especialmente cuando hable de los doramas (ドラマ), en un futuro artículo.

En cualquier país, la publicidad es fundamental, pero Japón, ha desarrollado un sistema perfecto. Muchos de los contenidos son publirreportajes, y lo que aparece en pantalla se vuelve increíblemente popular.

Lo primero que llama la atención es la cantidad de información que vemos en todo momento en la tv japonesa. Platós recargados, planos imposibles con hasta una docena de tertulianos – a veces más-, textos que inundan el cuadro, y que vienen muy bien cuando estudias japonés porque puedes ver cuáles son los kanji de las palabras que se utilizan, elementos visuales como animaciones o caricaturas que de repente sorprenden al espectador, y por supuesto, recuadros con las diferentes reacciones de los protagonistas.

La audiencia disfruta con las reacciones de los tarento – celebridades que paradójicamente no suelen tener ningún talento especial – y el realizador de los diferentes espacios ofrece tomas en primer plano de todos los tertulianos o invitados para poder comprobar cómo responden ante cualquier comentario: eeeee? (¿eh?), ¡sugoi! (¡increíble!) o majide? (¿en serio?) son las expresiones que más escucharás inmediatamente antes de pasar a la publicidad.

La televisión como método de evasión

Cuando llegué a Japón no entendía muy bien porqué la tv japonesa utilizaba tanto texto en pantalla, ni porqué interesaban tanto las reacciones – que normalmente son sobre actuadas o forzadas -, pero a día de hoy creo que ya lo entiendo. Mucha gente ve televisión en lugares públicos como hospitales, centros comerciales, en el tren, y por educación y respeto, el volumen se mantiene bajo. El texto ayuda a la comprensión, y por supuesto, resulta fundamental para personas con problemas de audición. Lo de las reacciones es algo más complejo. Este es el país del honne (本音) – expresar los sentimientos reales – y el tatemae (建前) – expresar lo que la sociedad espera de ti -, y esto es fundamental para entender muchas cosas.

Como occidental me resulta extraño que en pantalla todo sea exquisito – oishii !, umaii ! (美味しい!, 美味い!) – y sorprendente, pero la televisión para los japoneses es una caja de los sueños, donde ver desfilar a celebridades – muchas de ellas diseñadas específicamente para aparecer en ella-, y en un mundo tan encorsetado, con tanta presión social, estas ventanas y estas reacciones exageradas, acercan a la audiencia, que se quita la mochila que lleva cargando todo el día para sentarse en una reunión más informal.

Últimamente, veo a la tv japonesa más chovinista que nunca, centrándose en mostrar una visión del país muy positiva, invitando a extranjeros a visitar instalaciones de fábricas donde todo funciona como un reloj suizo, ofreciendo testimonios muy entusiastas de residentes de otras nacionalidades o mostrando lo dura que es la vida de sus ciudadanos en otros países del mundo.

Por una parte, me parece fascinante, por otra, me apena un poco que Japón no avance, que se rompan barreras y sus ciudadanos vean que existen otras realidades que no tienen por qué ser peores que la suya.

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