Shodō – El arte de la caligrafía japonesa

Tiempo de lectura: 4 minutos

La caligrafía japonesa es una de las artes tradicionales más conocidas y populares de Japón. Se llama shodō (書道) en japonés, que literalmente significa método de escritura. El shodō tiene una larga historia. Sin embargo, todavía se practica a día de hoy y es una asignatura popular en la escuela, desde primaria hasta la universidad.

Aquí nuestra guía sobre la tradición, técnicas y belleza del shodō.

Caligrafía japonesa: historia y tradición

La caligrafía japonesa se basa en la simplicidad, la belleza, y la conexión entre cuerpo y mente. El arte de la caligrafía japonesa se remonta a alrededor del siglo VI, cuando fue introducida desde China. Con el fin de aprender el arte, los calígrafos copiaron la poesía y los textos chinos. Como consecuencia, el estilo de la caligrafía en Japón estaba muy influenciado por la forma china.

Durante el período Heian (794-1185) el sistema de escritura japonés evolucionó. Se siguieron utilizando los caracteres chinos (漢字, kanji), pero se creó un nuevo tipo de caracteres: kana (hiragana y, más tarde, katakana). Con estos caracteres adicionales la caligrafía se transformó en un estilo único para Japón.

El shodō está estrechamente vinculado al budismo zen, influenciado por sus ideas y valores. La caligrafía japonesa va mucho más allá de la simple escritura de caracteres o palabras. La clave de la auténtica caligrafía consiste en depositar el alma en la obra y escribir con el corazón, de lo contrario no tiene sentido. El calígrafo sólo tiene una oportunidad. Las pinceladas no se pueden corregir. Para expresar un significado profundo el trazado debe mostrar las emociones, la personalidad y la pasión del artista. Se dice que la forma de escribir es el camino hacia la iluminación.

La caligrafía es comúnmente practicada por los monjes budistas Zen. El filósofo japonés Nishida Kitaro señaló que la caligrafía Zen no se domina con la práctica constante. Para escribir caligrafía Zen la mente debe estar clara, y los caracteres fluir sin esfuerzo. Este estado mental se llama mushin (無心), y significa “conciencia sin conciencia”. Cuando se practica la caligrafía japonesa, se debe despejar la mente y centrarse sólo en el significado de las palabras que se escriben.

Técnicas y estilos

Hay tres estilos esenciales en la caligrafía japonesa, que se pueden ver en la imagen de arriba.

La fuente “bloque” estándar se llama kaisho (楷書). Se considera la base de todos los estilos de escritura shodō. Es el punto de partida para los estudiantes de caligrafía japonesa. Este estilo es similar al que se encuentra en los teclados o en la escritura cotidiana. Una vez dominado el kaisho, se puede continuar hacia estilos de escritura más artísticos.

Gyōsho (行書) es un estilo semi-cursivo, menos formal. Literalmente traducido a “escritura en movimiento” es una forma más fluida con caracteres menos angulares. Cada trazo debe fluir y continuar en el siguiente. La relación entre los caracteres es importante.

El estilo más complicado de leer, por abstracto, se llama sōsho (草書). Es el estilo de caligrafía más difícil de dominar. Los caracteres fluyen entre sí, lo que se traduce en menos pinceladas. El estilo cursivo del sōsho debe imitar “la forma en que el viento sopla a través de la hierba”. El objeto son en las emociones y la estética, no la capacidad de leer y entender el texto escrito.

Herramientas de la caligrafía japonesa

Hay variedad de herramientas de caligrafía, pero cuatro que son esenciales. Se les llama los cuatro tesoros del estudio (文房四宝, bunbōshihō).

El pincel (筆 fude) está generalmente construído en bambú con cerdas provenientes de pelo animal. Hay pinceles finos y gruesos, y el ancho del caracter que escribas dependerá en parte del tipo de pincel que uses.

La tinta (墨, sumi) más popular viene en formato de barra. También hay tipos de tinta que son líquidos. La tinta negra que se utiliza en caligrafía está hecha de hollín de pino y pegamento de origen animal.

El papel para caligrafía (和紙, washi) está hecho de fibras de morera, que es más resistente que el papel normal de pulpa de madera.

Se utiliza una piedra de entintar (硯, suzuri), con agua, para moler la barra de tinta. De manera similar a cuando se pinta con acuarela.

También hay otras herramientas útiles. Pisapapeles (文鎮, bunchin), para mantener el papel en su sitio mientras se escribe. O Alfombrillas (下敷き, shitajiki) para poner debajo del papel y evitar que la tinta se desparrame. Tampoco es raro que el calígrafo utilice un sello personal (印, in).

Arte de tinta

Las obras de arte Shodō se exponen a menudo en las alcobas (床の間, tokonoma) de las salas de tatami japonés. Los pergaminos colgantes (掛け軸, kakejiku) en que se representan la caligrafía japonesa son una parte vital de la ceremonia japonesa del té.

La tinta y pinceles fude se usan también para pintar con tinta aguada (墨絵, sumi-e). El objetivo del sumi-e es capturar el espíritu o la esencia de un objeto. Al igual que con el shodō, el objetivo no es copiar la apariencia real de la cosa que se quiere representar. Se trata de capturar los rasgos generales en lugar de centrarse en los detalles. Estas pinturas a tinta aguada se combinan a veces con caligrafía.

La caligrafía japonesa es un arte milenario que sigue existiendo hoy en día, reflejando la cultura y la estética japonesas. Al ser una de las formas de arte tradicional más populares e importantes, es una actividad cultural popular que tendrás la oportunidad de experimentar en muchos de nuestros cursos de idiomas y en nuestro viaje de estudio JLPT.

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